Isabel Bolaños La Chave, dirigente de las autodefensas

Isabel Bolaños siguió de cerca las luchas de los campesinos de la población de Pueblo Nuevo, departamento de Córdoba, rebelándose por los abusos y malos tratos de los guerrilleros. En 1989, quienes en principio fueron aceptados por la población, luego fueron repudiados por sus comportamientos abusivos y permanentes asesinatos de campesinos en la región.

Isabel Bolaños, en esa época, tenía fama entre la población de ser muy amiga del ELN. Había crecido en un barrio de Montería de campesinos pobres, pescadores y desplazados por la violencia, a pesar de ser nieta de una mujer rica y de familia tradicional y de un terrateniente de Córdoba.

Fue una niña feliz, vivió con sus tres hermanos, nunca supo de dificultades económicas ni de la violencia. Pero a Isabel no le gustaba vivir en la ciudad, no le gustó terminar una carrera ni llevar una vida normal. Pese a que estudió en colegios de gente “rica”, no le gustaba estar con ellos.

En su juventud hizo parte del movimiento obrero de Antioquia y del movimiento estudiantil de Montería. También tenía muchos amigos “hippies” y conoció a mucha gente del movimiento urbano del ELN. Aunque no ingresó a este movimiento porque no “soportaba” sus estrictas reglas, sí fue simpatizante y compartía muchas de las ideas de izquierda.

A Isabel le gustaba el trabajo en los barrios, el movimiento de masas y la organización campesina. En 1975 se retiró de la Universidad de Antioquia donde estudiaba Nutrición y Dietética y se fue a vivir a Urrao, Antioquia. Allí trabajaba con movimientos campesinos para organizarse y lograr la parcelación de tierras, hasta que la guerrilla se asentó en la zona y comenzó a disponer de los recursos. Su mayor desilusión fue ver disminuido el esfuerzo campesino y ver cada vez más gente armada en la población.

En esa época era simpatizante del ELN y novia de Iván, un militante más intelectual y no armado que, como ella, cuestionaba las prácticas violentas de la organización guerrillera.
A Iván el ELN lo ajustició “por traición a sus ideales”. Ese fue un gran dolor para Isabel.

Isabel se retiró de la organización campesina y se fue de Urrao. Terminó en Cartagena con una vida muy activa, estudiando ingeniería y disfrutando de un embarazo deseado. Tuvo un hijo con su mejor amigo porque no quería casarse. Su padre como siempre lo había hecho, la apoyó y la financió en ésta y otras decisiones.

Regresó a Cartagena a seguir estudiando con su hijo. Allí conoció por casualidad del destino al pintor Alejandro Obregón y entre sus libros y conversaciones con él, empezó a añorar de nuevo la vida en el campo y a la organización campesina. Regresó a Montería, luego se fue a Cereté donde montó un restaurante con heladería y terminó en Pueblo Nuevo, una invasión de pescadores, donde vivió desde 1984 hasta 1989.

Allí trabajó con ellos. Vio el lugar crecer y formar escuelas, centros de salud, cultivos, almacenes y proyectos. Hasta que en 1986 vio también llegar a las Farc, el ELN, el EPL, las ONG y los líderes de izquierda, quienes se apoderaron de los proyectos y de todo. Vio dividir a la comunidad y empezar los problemas entre los partidarios de un lado y otro. Vio también cómo empezaron a llevar los secuestrados a la zona. A los campesinos y pescadores no les gustaba la guerra, ni la guerrilla y empezaron a hacerles exigencias.

Los campesinos decidieron hablar con el gobierno, dar información sobre caletas y actividad delincuencial y propusieron a Isabel para esta comunicación. Los campesinos se organizaron en grupos de autodefensa y junto con la acción del Ejército lograron que la guerrilla saliera de la zona. Pero luego llegaron los paramilitares que capturaron, golpearon e interrogaron a Isabel para que hablara sobre la guerrilla. Seguía teniendo fama de ser simpatizante.

Luego de un tiempo de calma la guerrilla volvió al lugar y las autodefensas lideradas por los hermanos Castaño empezaron las acciones. Isabel se involucró en reuniones. No querían la guerra pero las Farc respondieron negativamente a la solicitud de campesinos, terratenientes y autodefensas de irse de la región. Así nacieron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá.

Isabel no quería en principio aliarse con autodefensas ni con grupos de justicia privada. Pero soñaba con el logro de la paz. Empezó a apoyar el trabajo de los hermanos Castaño en la parte social, buscando proyectos de desarrollo. Luego, el mismo Carlos Castaño nombró a Isabel responsable del área social de las Autodefensas. Para esto, Isabel no estaba armada ni vivía en el monte.

Permanecía con los campesinos, visitando los proyectos de producción, capacitación, comercialización y trabajaba
con las familias de los combatientes en diferentes temas, en especial, sobre derecho internacional humanitario.

El 25 de diciembre de 1999 el entonces Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, capturó a Isabel en Medellín y luego la trasladaron a la Cárcel del Buen Pastor en Bogotá. Allí se hizo amiga de la esposa de un líder guerrillero, que le dijo que si salieran y tuviera que matarla, lo haría. Isabel no es combatiente y aunque pocas cosas le parecen malas, lo que sí considera malo es matar.
 

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