Sin embargo los Pioneros de Rochdale parece no haber sido la primera experiencia cooperativa de consumo británica. En 1769 se había creado ya la «Sociedad de las Hilanderas de Fenwick», un importante caso de éxito de una cooperativa de consumo. Hilanderas crean una cooperativa Los primeros registros existentes de una cooperativa proceden de Fenwick, Escocia, donde el 14 de marzo de 1761, en una casa apenas amueblada, las hilanderas empezaron a vender con descuento el contenido de un saco de avena en la habitación delantera recién encalada de John Walker (el hombre que da nombre al whisky). En 1769, la sociedad formó una cooperativa de consumo para el beneficio de los miembros. El propósito original de la sociedad era fomentar altos estándares en el arte de tejer, pero las actividades más tarde se expandieron para incluir la compra colectiva de alimentos a granel y libros. Esta última resultó en la creación de la Biblioteca Fenwick en 1808. En ese momento, la idea de que las trabajadoras formaran sociedades mutuales era considerada peligrosa ya que amenazaba el orden social existente. Las tejedoras de Fenwick firmaron su carta de fundación en la iglesia local, que fue considerada un lugar de seguridad y santuario. En la carta fundacional de la Sociedad de las Hilanderas de Fenwick aceptaron «ser honestos y fieles entre sí» y con sus empleadores, hacer un trabajo «suficientemente bueno» y fijar precios «ni más altos ni más bajos de lo que están acostumbrados en las ciudades y parroquias del barrio». Esta práctica de compra colectiva en beneficio de los miembros hace que esta experiencia sea vista como la primera de característica cooperativa. La Sociedad se reanudó en marzo de 2008 y se ha reconstituido como una cooperativa, en forma legal como sociedad industrial y de previsión, con el fin de registrar, recoger y conmemorar el patrimonio de las tejedoras de Fenwick.
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